La columna del Gordo
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Por: @diegozamorarte
El covid 19 no existe
Actualmente estamos viviendo una etapa única en el mundo, a lo largo de la historia han existido pandemias que han marcado a la sociedad de manera irreversible que poco a poco fueron superando hasta llegar a la normalidad en la que nosotros vivíamos.
Éste brote de virus es nuevo en nuestro milenio, pero hace tiempo hubo otras pandemias, por ejemplo: La peste bubónica o la fiebre española o la viruela contraída por las ratas que llegaron en las carabelas de los españoles e infestaron América.
Hoy en día, la tecnología ha avanzado enormemente, se sabe cómo se originó el nuevo virus, en tan solo diez días le sacaron el ADN o dicho de otra manera su huella digital, con la cual se puede saber si una persona está infectada, se supo rápidamente como llegó de un país a otro, en segundos se sabe las muertes causadas mundialmente o los casos sospechosos en nuestra ciudad, los casos negativos, tristemente lo que aún no se tiene confirmado por completo es una vacuna que contrarreste el virus y nos haga inmunes.
En el 2002 existían 4 miembros de una familia de virus llamada coronavirus, los cuales causan resfrío común. Se les llama corona, porque cuando son vistos en el microscopio electrónico parecen tener puesta una corona.
Actualmente en el 2020 existe 7 miembros, este último llamado SARS-CoV-2, que causa una enfermedad llamada covid-19
Se sabe que el nuevo coronavirus se contagia con las gotas de saliva y moco que se forman al toser o estornudar, el contagio es únicamente por vía área.
Los últimos estudios han demostrado que una forma de eliminar el covid-19 del cuerpo es en las heces fecales o en el semen, por lo tanto, hay que mantener los baños completamente higiénicos, así mismo lavarse las manos constantemente con agua y jabón o gel desinfectante. Pero el distanciamiento social es una de las fórmulas más efectivas para evitar contagios.
Después de lo antes explicado, actualmente existe mucha gente que publica en los comentarios de Facebook o twitter “el covid19 no existe” o hace dos días leyendo los comentarios de una nota sobre la protesta de los tianguistas en el palacio municipal de Huatusco, para que les dejen regresar a sus ventas dominicales.
Había un comentario que decía “la enfermeda es puro invento de la prsidenta” A ese nivel hay personas que no creen en la situación pandémica mundial que estamos viviendo.
Las personas escépticas como yo, no nos queda más que cuidarnos, cuidar a los nuestros y salir de trimestre de cuarentena. Ya en un futuro muy futuro, sabremos si este virus fue plantado, fue creado a propósito o fue un invento, ahorita no estamos para dudarlo ni descuidarnos, mejor acatamos las indicaciones pertinentes y nos cuidamos del covid-19 que si existe en nuestro ambiente.
Me despido de ustedes con un abrazo virtual, y les dejo este fragmento del libro “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez. En estas líneas, el autor nos deja un manual de lo que debemos hacer para superar la cuarentena. Aunque el libro fue escrito en 1985 y habla de otra pandemia, se siente tan cercano a lo que nosotros estamos viviendo.
-“Capitán, el niño está preocupado y muy incómodo debido a la cuarentena que el puerto nos impuso.
- ¿Qué te preocupa, muchacho? ¿No tienes suficiente comida? ¿No duermes lo suficiente?
- No es eso, Capitán. No puedo soportar no poder desembarcar y abrazar a mi familia.
- Y si te dejan salir del barco y se contaminan, ¿cargarías con la culpa de infectar a alguien que no puede soportar la enfermedad?
- Nunca me lo perdonaría, pero para mí inventaron esta plaga.
- Puede ser, pero ¿y si no fue inventado? -Entiendo lo que quiere decir, pero me siento privado de mi libertad, Capitán, me privaron de algo.
- Y tú te privas aún más de algo.
-¿Está jugando conmigo? - De alguna forma.
Si te privas de algo sin responder adecuadamente, habrás perdido.
-«¿Entonces quieres decir, como dices, que si me quitan algo, para ganar debo privarme de otra cosa? - Exactamente, yo hice cuarentena hace 7 años atrás
- ¿Y de qué te tuviste que privar?
- Tuve que esperar más de 20 días en el barco.
Había meses en que ansiaba llegar al puerto y disfrutar de la primavera en tierra.
Hubo una epidemia.
En Porto Abril, se nos prohibió bajar.
Los primeros días fueron duros.
Me sentí como tú. Pronto comencé a enfrentar esas imposiciones usando la lógica. Sabía que después de 21 días de este comportamiento se crea un hábito, y en lugar de quejarme y crear hábitos desastrosos, comencé a comportarme de manera diferente a los demás.
Empecé con la comida. Me propuse comer la mitad de lo habitual. Luego comencé a seleccionar los alimentos más digeribles, para no sobrecargar el cuerpo. Comencé a nutrirme con alimentos que, por tradición histórica, habían mantenido al hombre sano.
El siguiente paso fue agregar a esto una purificación de pensamientos no saludables y tener pensamientos cada vez más elevados y nobles.
Me propuse leer al menos una página cada día de una discusión que no conocía.
Me puse a hacer ejercicios en el puente del barco.
Un viejo hindú me había dicho hace años que el cuerpo mejoraba al retener la respiración. Me puse a respirar profundamente cada mañana. Creo que mis pulmones nunca habían alcanzado tal capacidad y fuerza.
La tarde fue la hora de la oración, el momento de agradecer a una entidad por no haberme dado, como destino, privaciones graves durante toda mi vida.
El hindú también me había aconsejado que tuviera la costumbre de imaginar que la luz entraba en mí y me hacía más fuerte. También podría funcionar para los seres queridos que estaban lejos, por lo que también integré esta práctica en mi rutina diaria en el barco.
En lugar de pensar en todo lo que no podía hacer, estaba pensando en lo que haría una vez que llegara a tierra firme. Visualizando las escenas de cada día, las vivía intensamente y disfrutaba de la espera.
Todo lo que podemos obtener en seguida, rápido, no es interesante. Esperar sirve para sublimar el deseo y hacerlo más poderoso.
Me privé de comidas ricas, botellas de ron y otras delicias. Me habían privado de jugar a las cartas, de dormir mucho, de practicar el ocio, de pensar solamente en lo que me estaban privando. - ¿Cómo terminó, Capitán?
- Adquirí todos esos nuevos hábitos. Me dejaron bajar del bote mucho más tarde de lo esperado.
-¿Se privó de la primavera, entonces? - Sí, ese año me privaron de la primavera y muchas otras cosas, pero aun así florecí, llevé la primavera dentro de mí y nadie me la puede quitar.”