Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO
LAS ENFERMEDADES NO DURAN CIEN AÑOS
Anido en mi alma una profunda esperanza que, conforme la voy descubriendo, estremece con vehemencia las arterias de mis pensamientos. Todo se conjuga cuando miro las calles de mi ciudad, cada tramo tiene su historia oculta en el pavimento o a la vista donde resaltan las banquetas y los topes. Una multitud de casas de distintos tamaños y diseños se atiborran, escondiendo los secretos en lo intrínseco de sus paredes.
Ellas guardan con suma discreción el número de años desde su construcción, hasta la actualidad, así como las familias que han vivido en su interior y con precisión son testigos de momentos felices, pero también las tragedias que son los accesorios de la humanidad. No me explico la emoción que causa a los viajeros que comentan el estilo, los patios y corredores, así como los colores que le dan una fantasía especial a cada uno de estos paraísos interminables.
Aparte de la guerra, los enemigos de las edificaciones antiguas y modernas, son las tormentas los temblores y los tornados. Por ese motivo los materiales y los diseños estructurales trazados en el presente se fabrican para enfrentar los fenómenos naturales. El último de los sismos que ocasionó serios daños a la estructura de esta cabecera municipal, fue el del día 26 de julio de 1937. A las diez de la noche, se cimbró la tierra y causó pánico entre la población. Algunos comentaron que escucharon una gran explosión surgida del volcán Citlaltepec, (Pico de Orizaba).
Hoy, con determinación nos atrevemos a abrir el abanico de las comunicaciones que circulan con rapidez por todas las redes sociales del mundo. El punto más álgido por la violencia y la pandemia es el vecino país del Norte, los Estados Unidos de Norteamérica. Para enfrentar dos líneas de combate que ponen en peligro la estabilidad económica y política, se puede recurrir al dialogo o la represión. Y para el estrago que está causando el covid-19: recursos humanos especializados en medicina y mucho dinero. Todo esto lo tienen sobradamente los EEUU. Grande son sus problemas del mismo tamaño son sus soluciones.
Todas las naciones que combaten el germen fatal, están perdiendo sistemáticamente parte de su población que, en términos numéricos puede decirse es reducido. Pero si ceden la iniciativa a la multiplicación del contagio, es decir, no se aplican los protocolos recomendados, no habrá suficientes hospitales, camas y personal médico para contener el aumento matemático de enfermos. Es de esta manera como lo entiendo y los hechos están dando crédito a las autoridades sanitarias.
La región cafetalera fue creada para realizar grandes hazañas, con sus armas rudimentarias y su alma forjada con cinceles de piedra, enfrentó la conquista que avasalló su territorio tres siglos. El hombre resuelve elevarse cuando naufraga en una tormenta de injurias y agravios, como último recurso revela la sabiduría de sus ancestros para lanzar una mirada de fuego a sus enemigos y con una sonrisa en los labios expresa su comprensión.
Hay razones que justifican el hecho de que mucha gente camine relajada y firme por la zona. En su rostro se adivina un sentimiento encontrado de temor y confianza, porque busca con certeza el remedio a su destino. Rendirse sin oponer resistencia a un virus desconocido, sería renunciar al derecho que le otorga la vida. Esta es una respuesta muy aventurada, pero hay que entenderla y luego discutir la rebeldía atesorada por décadas. Nos encontraremos al final de esta incertidumbre, ya que, no todo es eterno.