22/12/2024

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Ricardo Ahued se enfermó de 4T

Rafael Pérez Cárdenas

Con motivo de su polémica renuncia al cargo de Director General de Aduanas, Ricardo Ahued revivió la apresurada carrera sucesoria en Veracruz. Si su salida del Senado lo habría descartado para algunos, su regreso a la Cámara alta lo hace renacer a los ojos de todos sus simpatizantes y adversarios.

Sin duda, Ahued es el activo político más importante que hay en este momento en Veracruz, incluso por encima del mandatario estatal. No exagero. El peso y la influencia de Cuitláhuac García le viene del cargo –incluso algunos de sus colaboradores actúan con mayor poder que él-, mientras que a don Ricardo de su propio capital político. Todo depende de cómo lo administre en el futuro.

Pero si el tema de la sucesión en Veracruz es importante, también lo es la circunstancia personal de quien será nuevamente senador de la República. La salida de la Dirección General de Aduanas se dio en medio de un conflicto personal con una de las funcionarias más influyentes del régimen, la Jefa del SAT, Raquel Buenrostro, quien antes ya provocó la renuncia del ex Secretario de Hacienda Carlos Urzúa.

El intercambio epistolar entre Ahued y Buenrostro puso al descubierto la intención de hacerlo a un lado, de mala manera, aludiendo que el senador con licencia había presentado síntomas de “enfermedad respiratoria”, por lo que se le impuso un resguardo domiciliario, disposición no se había aplicado a ningún otro funcionario público. En realidad, de lo único que enfermó Ricardo Ahued fue del virus de la 4T.

La respuesta de don Ricardo fue institucional pero de revire:

“Me quiero referir al oficio 100-2020-037 de fecha 15 de abril de 2020, en principio quiero hacer de su conocimiento que en este momento estoy en perfecto estado de salud y que como un acto de responsabilidad, desde el inicio de la contingencia he estado laborando en home office, estando atento a la operación de las 49 aduanas y las 8 administraciones centrales a mi cargo, acordando los temas y atendiendo, todas y cada una de las responsabilidades que el señor presidente (sic) me ha conferido, de igual forma hemos sostenido reuniones a través de todos los medios electrónicos que son posibles para hacer el trabajo a distancia, sin descuidar en ningún momento, reitero, las necesidades de actividades de la Administración General de Aduanas”.

Luego de hacerse pública, la renuncia fue motivo de todo tipo de expresiones. Por la mañana, luego de haber confirmado la dimisión de Ahued, el ex Procurador General de la República y ex embajador en Francia, Ignacio Morales Lechuga aseguró que su salida de Aduanas fue resultado de la tensa relación con Buenrostro.

Ya por la tarde, cuando tirios y troyanos habían tejido toda clase de conjeturas como parte de este culebrón, don Ricardo confirmó que efectivamente no tiene enfermedad alguna y que su renuncia ya fue presentada al Presidente de la República, con quien ayer mismo sostuvo una larga reunión para exponer sus razones. López Obrador se la aceptó como se la aceptó a su ex Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa cuando también se enfrentó a Buenrostro.

En entrevista con “Al Calor Político”, Ahued no dudó en acusar que hay una intención “perversa” –en clara alusión a Buenrostro- en asegurar que su salida obedecía a temas de salud y explicó que, “si fuera así, lo hago público y en lo privado lo atiendo pero cuando alguien a título personal lo dice, me parece que primero se pregunta y luego se justifica”. Aseguró que no ha parado de trabajar en las últimas 24 horas y continuará laborando hasta el 30 de abril.

Y advirtió: “Haré públicas las razones que le expresé al Presidente, serán formales y públicas, las que dan motivo a que yo me retire de esta Administración de Aduanas”. ¿Qué provocó la ira de la poderosa funcionaria? ¿Por qué mentir y buscar la salida más absurda para buscar su remoción? Eso no lo dirá, sólo hará público lo que ayer acordó con el Presidente.

En Veracruz, la noticia no cayó bien a muchos. Vuelve nuevamente al escenario local, pero ahora con la fuerza de jugar sus propias cartas; el conflicto con el círculo más íntimo del Presidente lo podría alejar de Morena y la 4T, y en consecuencia, la sucesión estaría completamente abierta, a menos que el Presidente decida compensarlo en Veracruz. De lo contrario, podría convertirse en una piedra en el zapato.

Es evidente que don Ricardo ya rompió con el ala dura de la 4T. Aunque mantenga su relación con el Presidente, esta no será la misma. Paradójicamente, eso provoca que esté más vivo que nunca, con una ventaja estratégica: López Obrador ya conoció al verdadero Ricardo Ahued y Ricardo Ahued ya conoció al verdadero López Obrador. Entonces habrá baraja nueva.

Las del estribo…

1. Es increíble que pese a la crisis hospitalaria, los médicos y personal de los hospitales sigan sin equipo de protección. Ayer, una veintena de médicos y enfermeras del Seguro Social en Papantla fueron retirados en aislamiento ante un posible contagio, luego de que se confirmaron dos casos positivos entre el personal del hospital. Entonces, ¿quién atenderá a los enfermos? El IMSS es una sarna.
2. ¿Cómo le caerá a la burocracia morenista que el Presidente pretenda adueñarse “de manera voluntaria” del 25 por ciento de su sueldo para mantener a flote los proyectos del Tren Maya y Dos Bocas que se hunden irremediablemente. Por años, López Obrador nunca tuvo un sueldo; tampoco tuvo dinero aborrecido; por eso no entiende el valor del salario. Y lo de los 2 millones de empleos, es una burla mayúscula.

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