COLUMNA/ Desde Huatusco – Cosco Mágico
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ROBERTO GARCÍA JUSTO
COSCO MÁGICO
En menos de media hora y ya estamos pisando los empedrados de una población que nació y creció en las faldas de los cerros. Famosa por su pan, pero también por sus trabajos artesanales hechos de piel de animal. El mercado del lunes tan milenario como el pulque y la barbacoa de borrego y tantos antojitos regionales que abundan en el primer cuadro de la ciudad que, inicia desde el monumento que resalta la figura de don Nicolás Bravo ya de entrada nos dice: Bienvenido a Coscomatepec.
Es ahí donde nació el ilustre historiador, Doctor Miguel Domínguez Loyo (1905-1980), de muchos méritos por su entrega a la cultura y el progreso de su tierra. Odontólogo de profesión, se convirtió en el más destacado investigador de la región, lleno de conocimientos y como resultado de su ferviente pasión obtuvo la edición de varios libros como: “Coscomatepec de Bravo”; “La erección del Estado de Guerrero (1949)”; “El Padre Jera-uta, guerrillero en la invasión Norteamericana” e infinidad de artículos en revistas y diarios nacionales.
También es necesario incluir en este corto comentario a don Humberto Vázquez Loyo, del que recogemos su hermosa poesía dedicada a “San Juan Coscomatepec”.
Como guardián sempiterno
se yergue altivo el volcán,
que está velándole el sueño
a un lindo pueblo: San Juan.
Bajo el azul firmamento,
reclinado en la ladera,
se me antoja un nacimiento
con casitas de madera.
Pone rubor el celaje,
-con la agreste lejanía-
un sol que dora el paisaje
pleno de luz y armonía
Tiene calles empinadas
entre arcadas y portales,
de casas enjalbegadas
cual vestigios coloniales.
El parque forma un cuadrado
que se enmarca frente al templo,
y, justo, del otro lado,
levanta su ayuntamiento.
Oxidados y a la vista
están los viejos cañones,
que abatieron al realista
en fragorosas acciones.
Pueblo labriego, esforzado,
lleva fusil en la guerra,
o ansioso clava el arado
cuando cultiva su tierra.
lunes: se hace mercado,
la gente a comprar se apresta,
carne, barbacoa y pescado:
tal parece un día de fiesta.
El tumulto, los pregones,
ofertas a voz en grito,
sus sabrosos chicharrones
resbalados con pulquito.
En este día señalado,
comer y comprar no es todo,
se puede empinar el codo
en el bar de Namorado.
Arde el fuego en las tahonas
del pintoresco San Juan,
esparciendo los aromas
de su muy sabroso pan.
En las noches enlunadas,
que prenden en los balcones
chicas bellas, recatadas,
escuchan tiernas canciones.
Y es que el chavo enamorado,
de alguna linda mozuela
muy galante y atildado
se entona en la callejuela.
Tal como ayer, hoy en día,
si alguien pretende comprar
y su aprobación merece,
cualquier talabartería
por buen dinero le ofrece
fuertes sillas de montar
Porque allí se estila el fuste
barnizado de nogal;
y nos guste o no nos guste,
las cosas son de a de veras,
no se andan con que hay goteras
todo mundo a trabajar.
Ilustre y de claros timbres,
tuvo un gran historiador,
se llamó Miguel Domínguez
¡ese si era UN SEÑOR.
Hay que tomar en cuenta el tesoro escondido que cada pueblo de la región de las altas montañas lleva escondido en el interior de sus archivos. Solo tenemos que rascar un poquito para descubrir las maravillosas narraciones de los escritores naturales de la provincia.
