Plan de Juego
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Política, farándula y deporte
Jesús Mejía Cruz/JMC Periodismo Deportivo
Pudo haber sido el afiche de un teatro del pueblo, la cartelera de una semana de celebridades, o el anuncio de un nuevo e irrelevante reallity show. Aunque esto último quizá sí lo sea.
La desesperada urgencia por la adquisición de simpatía que se traduzca en sufragios favorables durante las próximas elecciones, ha puesto en un mismo entarimado a deportistas con conductores, cantantes, modelos y hasta una Miss Universo.
Desde Kiko hasta Paquita la del Barrio. Lo mismo exfutbolistas como Adolfo Ríos, “Bofo” Bautista, Francisco “Abuelo” Cruz y el entrenador José Luis Sánchez Solá; luchadores de la talla de Blue Demon y Carístico: la máscara es la que cuenta, la identidad no se muestra (aunque por ley fuera necesaria para comprobar su interés por legislar).
En la lista también está el exboxeador Jorge “Travieso” Arce y el clavadista Romel Pacheco (en supuesto proceso olímpico), ambos adeptos a ir de un reality a otro.
¿Qué más da participar en uno más?
Llega hasta parecer simpático, mas no lo es.
En un sistema electoral que no deja posibilidad alguna para un ciudadano que verazmente emerja de la sociedad, los partidos políticos resultan entes que sobre todo, son beneficiados en lo económico por esa ley moldeada a gusto y antojo de sus propias aspiraciones.
De pensar en buscar el candidato idóneo con el conocimiento y preparación que demanda un puesto de elección popular, a obtener la rápida y plena identificación al amparo de la simpatía masiva, la balanza se inclina al lado más cómodo.
Quizá la explicación más precisa venga de alguien que rebasa los límites de sinceridad en sus canciones. “No sé a qué vengo aquí, yo sólo sé que hay personas atrás de mí que son las que me van a enseñar cómo manejar este asunto”, dice Francisca Viveros, Paquita la del Barrio, el día que la presentan como aspirante a una diputación en Misantla.
Una vez más, la cantante dice lo que otros piensan.
«Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo. Se puede engañar a algunos todo el tiempo. Pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Abraham Lincoln
