Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO
EL PODER DE LA SUPERACIÓN
La población integrada por generaciones pasadas, narran sus experiencias vividas durante la temporada de lluvias. Recuerdan que, junio, Julio y agosto es el periodo más propicio para los intensos aguaceros, las nubes arrastradas por el viento que viene del Golfo de México, riegan la región de las altas montañas alimentado arroyos, ríos y manantiales. De ahí se nutres los verdes bosques de tupida arboleda, los cafetales, cañaverales y terrenos sembrados de maíz, frijol y hortaliza.
Las personas que en sus ratos libres observan como las calles se llenan de una corriente que se escurre hacía los zanjones. Se refugian en las casas esperando a que la tormenta se calme y poder salir a realizar sus actividades. Hay quienes comentan que es el momento propicio para realizar alguna lectura o entretenerse con juegos de mesa. Otros se divierten con el celular o la computadora conectada al internet.
Desde el año de 1900 la ciudad ya contaba con servicios públicos, es decir, los hogares gozaban de una red de agua que se surtía a través de un acueducto. En 1897 se inauguró el alumbrado público, al respecto refiere Soledad García Morales: “Ante la solicitud que dio origen a la compañía “Luz Eléctrica de Huatusco”, para gestionar apoyo ante el gobernador estuvo encabezada por la comisión: Nicolás González, Darío Méndez, Luis Muñoz y Carlos A. Hernández el 24 de febrero de 1896.
Fue instalada el 31 de julio de 1897 por una compañía extranjera con fuerza hidroeléctrica. Dicha iniciativa se realizó durante el gobierno de Ignacio Canseco, el fluido eléctrico se mantenía con el horario de la 18 a 23 horas y se le designaba luz de 12, alumbraban las principales calles con poca potencia y en algunas casas que contaban con el servicio se limitaba el voltaje y los focos debían ser limitados”.
El sector cafetalero propició el desarrollo del sistema de salud con la construcción del Hospital Civil, el tendido de una red telefónica por toda la región, se construyeron caminos, puentes, escuelas y un sistema de alcantarillado. En esa época encajó la edificación del Teatro Solleiro que implementó una época de grandes veladas artísticas con la presentación de películas, obras de teatro, zarzuela y títeres.
El sistema feudal ligado al porfiriato, donde se desarrollaron los grandes hacendados, brillaba en donde se establecieron los capitalistas agrícolas. La riqueza es la fuente del progreso cuando la sociedad está comprometida con ello. Y aquí no fue la excepción, no existía carretera pavimentada, pero, contábamos con una línea aérea que volaba de Xalapa-Huatusco-Orizaba, finalmente Córdoba.
Las familias acaudaladas del ex Cantón, que eran 39 aproximadamente, dueña de las plantaciones más productivas, nunca fueron al margen de la moda europea. Vestían de riguroso traje y usaban perfume de marcas mundialmente reconocidos. Veinticinco pianos adornaban las casonas de estilo español. Los almacenes de lujo presumían en sus aparadores telas de algodón, lisas, estampadas, de seda, de lana, brocados franceses, encajes de Bruselas, piqué español, terciopelo de cristal.
Hoy el esplendor quedó reducido a tiendas departamentales que nada tienen que ver con el mercado especial del siglo pasado. Solo nos conformamos por analizar las luchas de los sindicatos que surgieron por aquel tiempo. Estamos pendientes.