Desde Huatusco
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ROBERTO GARCÍA JUSTO
MÉXICO: UNA JOYA CODICIADA
Durante la segunda ocupación francesa de nuestro territorio, que se prolongó de 1862 a 1867. Se llevó a cabo la famosa batalla de Camarón, aproximadamente a unos cincuenta kilómetros de Huatusco. La imbatible Legión Extranjera con 62 elementos bien entrenados para la guerra, se enfrentó a un ejército de dos mil soldados. Por ese hecho destacado a nivel mundial, todos los años, el Gobierno Francés, conmemora el 30 de abril en nuestro Estado, esta gesta que no obstante haberla perdido, la consideran un ejemplo para su país.
Recordando un poco la historia de la región, encontramos que en el año de 1864 llegó para hacerse responsable del ex cantón huatusqueño, el general imperialista, don José María Gálvez. Esta decisión fue con el consentimiento del Archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo, quién en esa etapa gobernaba el País y trataba el delicado asunto de reorganizar las fuerzas armadas. Además, se preparaba el terreno para que personalmente visitara esta Villa, como lo hizo el 20 de mayo de 1865.
No obstante, que había una Autoridad legítima, en la persona del Jefe Político, licenciado don José Fructuoso Corona, el enviado por su majestad, demostró de inmediato que era un personaje intolerante, cruel y enérgico. No admitía recomendaciones, todo lo decidía a su criterio, ordenando lo que a su parecer era más adecuado. Esto no inquietó a los paisanos acostumbrados al mal carácter de sus gobernantes.
A pesar de los inconvenientes, se puede destacar que, gracias a él la situación cambió en cuanto a la limpieza pública y privada de calles, iglesias y mercado. Organizó a los vecinos para que contribuyeran con el empedrado del área urbana, debido a que las lluvias las volvían intransitables. Luego, mandó a fabricar lámparas de petróleo para alumbrado en las esquinas, con el apoyo de los funcionarios del ayuntamiento, diseñaron las bases para la impartición de la educación primaria, que significó un progreso para el municipio.
También, por esas fechas se terminó la construcción de la capilla de la Santísima Trinidad, una obra que se le atribuye al Padre don Juan P. Rivera. Quién en unión de la curia eclesiástica hicieron una gran fiesta religiosa. Y como algo que no se había intentado, el sacerdote Nicanor Díaz, inauguró una academia para niños, de pintura, dibujo y escultura, la que se dice tuvo buenos resultados por la afluencia de alumnos que aprovecharon la oportunidad de aprender.
En el mes de septiembre de 1866, el jefe republicano de los guerrilleros nacionales, don Manuel Marrero, al frente de un grupo armado, atacó por sorpresa el cuartel que tenían instalado en el centro de esta localidad los extranjeros. Su tropa era precaria y fueron derrotados con facilidad, en el combate falleció el sargento Morales, saliendo gravemente herido Cristóbal Chicuellar, por lo que, al tercer día murió.
Para recuperar este sitio tan estratégico, una fuerza de caballería austro-húngara comandada por el capitán Kalmuki, contratacó a los patriotas que, sintiéndose superados en número y armamento, abandonaron sus posiciones tácticas, siendo perseguidos a corta distancia por la caballería.
En la cercanía de Tlaxopa, a punto de ser alcanzados por los sables de los húsares, Francisco Marrero, en una acción desesperada, gritó a sus compañeros que siguieran avanzando, mientras él con su caballo se atravesó en el camino con el fin de detenerlos. Les hizo frente, disparó hasta el último cartucho, finalmente fue abatido junto a su montura que le sirvió de escudo.
El cadáver del valiente combatiente que salvó a los suyos a costa de su vida, fue levantado y trasladado a esta ciudad, en absoluto y respetuoso silencio del pueblo y los milicianos.