Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO
SANTA CECILIA.
La presente narración es un escrito del Cura Rafael Policanti, rescatado por el Cronista de la Ciudad, Marcelino Alejandro López Páez, quién de buen agrado lo proporcionó para darlo a conocer públicamente: “La invitación adjunta es el único documento que he podido encontrar respecto al templo de Santa Cecilia. Para conocimiento de mis sucesores, hago constar que la primera obra que con verdadero entusiasmo emprendí al encargarme de esta parroquia, el 23 de julio de 1888, fue la continuación del interesante Templo de Santa Cecilia, cuyos muros y torres en aquella época apenas tenían tres metros de altura.
Dios movió los corazones de mis amados feligreses y me cedió alzar los muros y torres hasta el arranque de las cornisas. Por desgracia el espíritu de discordia, dominante aquí, hace mucho tiempo y causa de innumerables males, se apoderó de algunas personas principalmente del partido llamado de “Arriba” y las precipitó hasta cometer la increíble ingratitud de asegurar ante el ilustrísimo y reverendísimo señor Obispo doctor don Joaquín Arcadio Pagaza, que acompañado de mí presidía en julio de 1895 una junta en el recinto del templo en construcción.
Que yo prohibía se recolectara limosna para dicha obra. Cosa falsísima, pues es público que personalmente anduviera de casa en casa haciendo la suscripción para la mencionada obra, que nombraba los colectores personalmente, presidia las faenas de piedras y arena. No podía Dios dejar impune tamaña ingratitud. En efecto, justamente decepcionado por conducta tan desleal, comencé a dejar en manos de la Junta lo concerniente a la obra. En tal estado de las cosas, logró la expresada Junta, reunir fondos para construir la bóveda del presbiterio.
Por su cuenta y riesgo hizo venir de Orizaba un Maestro de obras bajo cuya dirección se llevó a cabo la construcción de la mencionada bóveda con tan pésimo éxito que, en la misma tarde, 9 de junio de 1896, en que se terminó se desplomó. Faltando poco para que los operarios quedaran bajo los escombros. Este castigo de Dios desalentó tanto La Junta que hasta hoy no han vuelto a poner una mano en la obra. Hay más de que consignar en la tristísima historia del templo de que me ocupo y lo hago, como lo anteriormente dicho, no por represalia, sino para que se vea como castiga Dios los desprecios y atropellos de la autoridad eclesiástica.
En 1900 con motivo del obsequio que de un reloj hizo a la ciudad doña Sofía González viuda de Rebolledo, algunos vecinos de acuerdo con el Ayuntamiento, proyectaron concluir una de las torres para colocar allí el reloj. Sin siguiera avisarme, emprendieron la obra con éxito casi igual al de la torre, pues poco faltó para que se desplomara, quedando tan inclinada hacia el norte, que produjo grietas enormes en el frontispicio y pared lateral.”
Huatusco Ver., abril 1907.
Firma: Rafael Policanti.
El templo de Santa Cecilia se ubica en el centro de la Ciudad y permanece cerrado a los católicos que ven pasar los años y no pueden realizar los oficios que a toda iglesia corresponde. Se realizó una remodelación muy vistosa, pero hasta este momento no existen condiciones de seguridad para ser utilizado normalmente.