Desde Huatusco
3 minutos de lectura
ROBERTO GARCÍA JUSTO
CELEBRANDO LA REVOLUCIÓN.
Los ciudadanos que hoy habitan esta localidad, habrán escuchado los relatos de los adultos que tuvieron alguna participación en la denominada Revolución Mexicana de 1910. A ello se debe el entusiasta y numeroso desfile del 20 de noviembre. Por referencias de los descendientes que aún conservan su mente activa, logramos saber que no obstante lo incomunicado de la región cafetalera, los primeros rebeldes hicieron su arribo el 14 de mayo de 1911, un mes antes de que don Francisco I. Madero hiciera su entrada triunfal a la Ciudad de México, 7 de junio de 1911.
Los jefes del movimiento que emplazaron a la defensa rural, en esta ciudad, para que se rindieran, fueron el general Gabriel Gavira y Cándido Aguilar. Quienes se sorprendieron por la escasa resistencia de los abnegados partidarios de la administración porfirista. Una tímida balacera que duró poco tiempo fue el único inconveniente que encontraron los 172 hombres compuesto de una improvisada soldadesca de a pie y otros a caballo.
El Gobernador del Estado de Veracruz don Teodoro A. Dahesa, recibió un telegrama urgente enviado por los empresarios don José G. de Vega, Jesús Páez, Quintín Ruíz, Domingo Souza, Daniel Landa, Othón Páez, Leopoldo Rebolledo, Baldomero González y Francisco Rebolledo, para que disuadiera al jefe político, don Joaquín A. Castro y no opusiera resistencia ya que la defensa resultaría infructuosa por el número de los asaltantes y podría resultar desastroso para el comercio y la población.
A partir de esos acontecimientos, se vivieron días de incertidumbre debido a los constantes ataques de generales y oficiales que defendían o atacaban los puntos estratégicos del área cafetalera. La inseguridad en la zona no permitía mantener el ritmo de trabajo como se venía sosteniendo, el saqueo de las casas de respetables hombres de negocios y el éxodo de los que huyeron con la finalidad de salvar la vida, arruinó por completo la economía que se venía sosteniendo con buenos resultados por años.
Uno de los últimos almacenes que sufrió el vandalismo de los soldados federales al mando del teniente Rómulo Huerta, fue el de don Nicolás Freda. Aproximadamente treinta elementos sin conocimientos sobre las reglas mínimas de urbanidad y respeto, debido a que eran reclutados por la fuerza por la leva ordenada por el general Victoriano Huerta. Se abalanzaron sobre los artículos de lujo que se tenían para su venta en la tienda, además de ropa, perfumes y alhajas, se apoderaron de la caja fuerte, que abrieron a marrazos.
No hubo piedad para los comerciantes en pequeño que poseían sus locales en el interior del Mercado “Benito Juárez” que se localiza en el corazón de Huatusco. Rompieron los tres candados que resguardaban la puerta principal y sin presiones de los altos mandos, ni obstáculos de los propietarios, se dieron a la tarea de desvalijar todos los puestos que median cuatro metros de largo por dos de ancho. Hubo algunos parroquianos que se unieron al “rio revuelto”, para recoger los artículos que quedaron regados en el piso.
El día 21 de mayo de 1920, por todo Huatusco se propagó la noticia de que se estaban realizando las negociaciones para la pacificación del país, el C. Presidente de la República se trasladaba al Puerto de Veracruz con los poderes presidenciales, escoltado por los leales cadetes del Colegio Militar. Pero por órdenes del general Álvaro Obregón, el general Guadalupe Sánchez no lo dejó pasar, obligándolo a tomar el rumbo de la sierra de Puebla hasta llegar a Tlaxcalaltongo en donde se libró un enfrentamiento siendo asesinado el constitucionalista don Venustiano Carranza por el coronel Rodolfo Herrera.
“Como a las tres y media de la madrugada en el jacal donde descansaba y bajo nutrido fuego de fusilería, fue acribillado al mismo tiempo que se oyen los gritos de: ¡viva Peláez ¡ ¡ viva Obregón¡ ¡muera Carranza¡ ¡sal viejo barbas de chivo¡ ¡sal viejo arrastrado¡ ¡aquí viene tu padre¡ ¡ríndete Carranza, tienes garantías¡” (Martín Luis Guzmán)