Desde Huatusco
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ROBERTO GARCÍA JUSTO.
LA CONQUISTA Y EL SEÑORIO.
CUAUHTOCHCO se entregó sin combatir, los habitantes del Señorío no fueron hostiles a los españoles en lo que duró la confirmación de la conquista. Es lo que narra uno de los historiadores más importantes de la región como lo es el profesor Ismael Sehara. No existe la evidencia de que hubiera pueblos arrasados y víctimas de la lucha por la defensa del territorio que según calculan se extendía por ocho kilómetros a la redonda.
Pero, una vez que se consumó el dominio extranjero, se despertó en el interior de la comunidad indígena, un resentimiento que los impulsó a generalizar el espíritu propio de la venganza. Sobre todo, por la noticia que los impactó al enterarse de la caída del último Emperador Azteca. Este fue el detonador de la violencia, no se les dificultó organizar a su ejército para atacar a los invasores que se encontraba dentro de los cacicazgos circunvecinos.
Don Hernán Cortés fue enterado de la desagradable noticia y no le quedó otra opción que enviar al joven capitán don Gonzalo de Sandoval, que llegó a esta localidad en octubre de 1521. Por la gravedad de la misión, se le asignaron trescientos soldados de infantería y caballería, bien pertrechados y entrenados para la batalla. Así como un número mayor de aliados tlascaltecas y cholultecas, los que hablaban la lengua náhuatl y conocedores natos de la región.
“El gobernante del Señorío al encontrarse frente a las tropas de Sandoval, aconsejó a los habitantes no hacer resistencia por juzgar inútil la lucha en vista de los cuantiosos elementos conque iban a ser batidos. En consecuencia, los Cuauhtochcas abandonaron la ciudad, destruyéndola en su mayor parte y fueron a refugiarse entre las escabrosidades de las montañas vecinas”. El doctor Aguirre Beltrán duda de este acontecimiento al que no hace referencia Díaz del Castillo que era parte de la expedición.
Esta estrategia fue conocida por el capitán Sandoval que de inmediato buscó la mejor forma de hacer volver al hogar a los alzados. En primera les ofreció las garantías de seguridad para la familia y sus bienes materiales. Luego les prometió elevar a Cuauhtochco para ser la capital de todo el territorio comprendido los de Cuetlaxtlán y Ahuilizapan, con esta propuesta tan ventajosa, consiguió que regresara la población y con ello el inicio de la reconstrucción de la Ciudad a finales de 1521.
Una vez vencido el obstáculo principal, se inició el repartimiento de las tierras. A nombre de don Hernán Cortés como responsable de la justicia y capitán general, quién se dice odiaba el sistema que se iba a implantar. Estaba convencido del problema que significaría entregar la tierra con los indios que en ella habitaban. De cualquier manera, la encomienda es la primera forma de despojo en la historia de las naciones americanas.
Huatusco se sometió al imperio Azteca comprometiéndose a pagar tributo, pero no aceptaron el tipo de religión que ellos comulgaban. El culto a los dioses era sencillo, ya que en las grandes ceremonias quemaban incienso, ofrecían ramos de flores y algunas aves que consideraban del agrado de la deidad. Además, oraban de una forma muy especial en un tono melancólico, casi en silencio, murmurando se entendían unos y otros. Sus bailes eran pausados y respetuosos, el sacerdote era la persona más respetada, por lo que, ocupaba un lugar especial en la estructura social. (Ibidem)
