Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
LA LEY AZTECA.
Antes de 1521 el imperio Azteca mantenía el orden y la justicia, entre los pueblos bajo su dominio, de acuerdo a sus principios emanados de muchos años de experiencia y desarrollo en todos los espacios que consideraron fundamental para equilibrar a una sociedad que estaba obligada a obedecer los principios que beneficiaba a la mayoría y era la base para incursionar en otras latitudes obteniendo de ello el apreciado crecimiento, con el respectivo tributo para financiar el poder político, económico y militar.
Los Apuntes de Nociones de Derecho Positivo Mexicano, son la fuente para entender la estructura que normaba el comportamiento de una sociedad sometida por un conjunto de leyes estrictas que se aplicaban por medio de un tribunal que fallaba en el último dictamen. Las penas eran muy duras si el infractor era parte activa del grupo gobernante o si se trataba de un miembro distinguido de la realeza.
El objetivo fundamental era mantener la seguridad y la paz al interior de las comunidades, por esa razón el máximo castigo era la pena de muerte cuando el infractor se le acreditaba fehacientemente el delito de asesinato. En este caso no había perdón, se aplicaba todo el peso de la ley sin justificación. El mismo castigo se otorgaba a los traidores al reino. De igual manera se trataba a la persona que abortara con conocimiento de causa, el incesto acreditado y la violación.
Si el delincuente estaba inscrito como miembro activo de los guerreros se les enviaba desterrado a una zona fronteriza para evitar ser ejecutado. El alcoholismo era un delito grave que solamente era permitido en determinadas circunstancias para los ancianos y los guerreros profesionales, los que caían por primera vez los raptaban, si reincidía lo sacrificaban. Construyeron cercados y jaulas para confinar a los malhechores que ponían en peligro la armonía dentro de la sociedad.
Antes de juzgar a un acusado se buscaba la mejor forma de que restituyera su delito ante los afectados, de no llegar a ningún acuerdo, se le confinaba como medida preventiva. Los castigos eran tan severos que los infractores no necesitaban de estar mucho tiempo encerrado, más bien escogían una tumba donde lo enterraran. El delito más característico era el robo que se castigaba con la esclavitud del individuo hasta recuperar el doble de lo hurtado, la mitad era para el ofendido y la otra para el tesoro del reino.
Los asaltos con violencia en los caminos reales, robos de maíz, oro, plata, jade o en la plaza pública, se les castigaba con la pena de muerte.
La intemperancia era repudiada por la población, la calumnia se castigaba con el corte de los labios y las orejas. El incesto y la sodomía con la horca. El soborno era un ejercicio indebido de la fama pública y no era permitido. Por lo que las leyes estaban consideradas como brutales, desde que el niño nacía estaba sujeto a someterse a una conducta correcta. Si violaba una norma sufría las consecuencias. Ya que se crearon estas para prevenir los delitos con penas severas.