Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
EQUILIBRIO ECOLOGICO
La población en el mundo debe acatar las leyes que rigen el comportamiento de la humanidad para vivir en armonía con la naturaleza. La región de las Altas Montañas, donde se asienta nuestra ciudad, figura como una pequeña potencia en mega diversidad, es decir, que en sus bosques y barrancas encontramos varias especies de flora y fauna endémicas, que son aquellas que se producen en determinados sitios propicio para su cultivo.
Lamentablemente el hombre, anteponiendo sus intereses personales y en ocasiones sin estar debidamente informado, destruye lo que a su alrededor encuentra causando severos perjuicios a la naturaleza. La riqueza heredada por pasadas generaciones, no es respetada como lo exigen las leyes del equilibrio ecológico y este grave desconocimiento ocasiona poner en peligro de extinción de una gran cantidad de especies que son necesarias para una mayor sanidad del planeta.
Lo más constante en la actualidad es el crecimiento poblacional que reclama la ocupación de extensas áreas verdes, generando la invasión del habitad de todo tipo de vertebrados e invertebrados que por necesidad se ven limitados y perecen. Otro de los motivos son la caza furtiva que acaba con las especies comestibles y en algunos casos de las que no tienen ningún beneficio. Luego se agrega el problema de la contaminación que emana de las Metrópolis para causar estragos en ríos, arroyos y lagunas donde antes había infinidad de peces.
De las aves que poco se dejan ver son los tecolotes, a los que la voz popular los considera como de “mal agüero”, ya que es frecuente relacionar su canto con el posible fallecimiento de un miembro de la familia. Pero no es así, el servicio que prestan por la noche es limpiar de roedores y reptiles en donde habitan. Los gavilanes que surcan los montes en busca de alimento, los cazan para lucirlos como trofeos en los domicilios del área urbana.
Los armadillos o toches se les persigue por su rica carne que tiene siete sabores, lo que genera una escasez de este mamífero que posee una concha como si fuera una tortuga. La chachalaca ha subsistido por ser arisca, no fácilmente deja que se le acerquen, solo que se encuentren distraídas o cuidando a sus polluelos. A pesar de que es del tamaño de un guajolote se desplaza con facilidad en las copas de los árboles más elevados.
No importando que se reproducen con facilidad, los conejos son pieza propicia para su captura. Los tenemos, en baja escala, casi no los dejan crecer, a pesar de que la portación de armas de fuego está prohibida, es imposible vigilar a tanta gente del campo. Quizá en lugares poco transitados por los campesinos, todavía se encuentren las zorras que son esquivas y astutas, por eso Esopo narro muchas fábulas de ellas.
Y los tejones que en barbacoa saben deliciosos, también el mapache que sale por las noches, junto con los tlacuaches y los murciélagos que son ciegos y se guían por las ondas sonoras que emiten para localizar sus objetivos, hay una baja. Esto es una pequeña parte de lo que podemos mencionarles ya habrá oportunidad de seguir con la lista.