Desde Huatusco
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ROBERTO GARCÍA JUSTO.
GRANDES ACONTECIMIENTOS.
Otra versión de la muerte del presbítero José de Jesús Camo, Cura Párroco de los Templos de Zentla y Chavaxtla, lo narra don Felipe Tontle Bobadilla. Quién fungía como cobrador del mercado Benito Juárez y participó en este acontecimiento dejando este testimonio para las generaciones que estén interesadas en contribuir para la integración de la historia de nuestro municipio. La ventaja es que nos permite comparar con otras investigaciones que existen publicadas.
El Padre Camo era conocido por las comunidades de la región cañera y cafetalera, debido a que visitaba continuamente las capillas que se encontraban bajo su jurisdicción. Constantemente era requerido para asistir espiritualmente a la feligresía recorriendo diariamente grandes distancias por caminos de herradura donde las jornadas a caballo son agotadoras. Por ese motivo en las rancherías por donde pasaba, lo invitaban a degustar los sagrados alimentos, a lo que aceptaba gentilmente.
El 21 de julio de 1932, fue asesinado en una emboscada y su funeral se convirtió en una terrible confrontación entre el pueblo católico, contra policías y sindicalistas, donde hubo muchos muertos y heridos. Dice don Felipe que: “El negro” Sostenes Palacios (Secretario General del Sindicato de Panaderos) fue muerto por los acontecimientos del entierro del difunto José de Jesús Camo, en los antiguos paredones al ir huyendo de la gente enfurecida.
Se le acusaba de haber despojado al señor Obispo de este Estado, Rafael Guízar y Valencia de su pastoral y su crucifijo de oro. La gente gritaba: ¡Ahí va ¡y entonces le dio alcance un tal Huerta y le dio una puñalada por la espalda y al caer procedieron al registro y le encontraron envueltas en un pañuelo amarradas a la pantorrilla derecha, las sagradas prendas que le había quitado al señor Obispo Guízar y Valencia.
Enseguida la gente también le dio alcance a Juan Salazar, igualmente fue sacrificado a puñaladas, quedando tirado en la calle once y avenida tres, antes de nombre Campomanes y avenida de la Reforma. Punto seguido la gente se regresó a las oficinas sindicales y al encontrar cerrado, con marro y una barreta abrieron el zaguán y comenzaron a quemar el archivo, romper las sillas y mesas lo mismo una máquina de escribir que fue tirada al patio y destrozada a palos y puntapiés.
Terminando con la destrucción de la oficina del Sindicato de Panaderos, siguió la gente por las calles, los hombres con la camisa arremangada del lado izquierdo y al que no la llevaba lo agarraban a planazos con una moruna, luego procedían a interpelar, — soy compañero. Por otro lado, las mujeres en sus bolsos traían pistolas y parque. Esta vez se distinguieron en los acontecimientos del sepelio la señorita Salustia Ruíz que traía dos pistolas con suficiente parque.
Si encontraba algún conocido le preguntaba: ¿y tú traes moruna o cuchillo ¿pues te voy a facilitar una pistola con parque. A una tal señorita Luz, la quiso reprender el comandante de la Policía y que saca la pistola de su bolso y allí lo dejo tirado frente a la Capilla de la Trinidad, solo por haberle dicho: –Y ustedes viejas escandalosas, habían de estar en sus casas y no andar de mitoteras.” Abrió su bolso y zas…” esa es la versión que nos dejó una persona muy respetada por los huatusqueños.
