Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
EL MAESTRO.
El hombre es la figura más importante en la historia de todo el mundo. Ha sido capaz de desarrollar y transformar el medio que lo rodea. Es incuestionable su creatividad y la infinidad de inventos que ha generado desde su aparición en la tierra, hasta estos días en que la ciencia y la tecnología compite con el pensamiento y la habilidad de sus creadores. Cada día surgen nuevas innovaciones que nos permite reflexionar y preguntarnos: ¿hasta dónde vamos a llegar?.
Esta Ciudad, podemos afirmar, goza de una comunidad heredera de buenas costumbres y principios fundados en el respeto y la educación. Tiene la virtud de que siempre ha contado con personajes que se han caracterizado por servir a sus semejantes para dotarlos de instrumentos que permitan alcanzar otros niveles en el aspecto de la preparación académica. La construcción de una nación laica dependía de que las nuevas generaciones se formaran con una mentalidad abierta y un conocimiento científico, bajo la idea de la filosofía positivista.
Por ese motivo, podemos decir que la iniciativa de los profesores don Aurelio Sollleiro, junto con el Cura don Nicanor Díaz, dieron vida a la primera escuela primaria superior en el año de mil ochocientos sesenta y cuatro. Enfrentaron el problema de los padres de familia que ocultaban a sus hijos para que no asistieran al salón de clases. Esto debido a que eran más útiles en las labores del campo donde los niños aprendían actividades para producir alimentos.
Posteriormente, el presbítero del templo de San Antonio de Padua, don Nicanor Díaz, con la finalidad de que los jóvenes de aquella época, aprendieran a manejar algunas actividades artísticas, abrió las puertas de la parroquia para que funcionara una Academia donde se les dieran las primeras enseñanzas de dibujo, que junto con la pintura y la escultura formaban los principios para que demostraran sus aptitudes y habilidades.
En enero de mil ochocientos ochenta y siete se inaugura la Escuela Municipal para varones, cuya dirección estuvo a cargo del profesor Ismael Sehara Pérez. Que durante su carrera magisterial ocupó varios cargos tanto a nivel regional como estatal. Es importante mencionar que estos centros educativos solo estaban disponibles para hombres, las mujeres eran discriminadas. Pero en el año de mil novecientos tuvieron acceso debido a que don Domingo Sousa, alcalde del Municipio, permitió la aceptación de niñas.
AL MAESTRO.
Apóstol venerable, tu enseñanza
Sirve al mundo de antorcha, luz y guía,
Es de los pueblos con gran alegría
Virtud y saber, mentor y esperanza.
Es la Escuela su templo de alabanzas
Donde se forma el niño día a día,
Buscando rumbos, bebiendo ambrosía
En aras del bien, que anhela su crianza.
Loor al que es grande, sabio y humano,
Atletas y factor de todo progreso
Que lleva su pecho hundido y lozano
Exaltamos su obra con amores
Como digno cultor del gran proceso
Y guirnaldas dejémosles de flores
(anónimo) …