Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
MESAS REDONDAS PANAMERICANAS.
Hace treinta y ocho años que llegó a formalizarse esta unión de mujeres en este municipio, que se manifiesta a través de acciones que llevan como meta el fortalecimiento de los lazos sociales y culturales entre países americanos. Refiere la profesora Angelina Sedas Acosta que, “en el año de 1979, jubilada de la docencia, tenía en mente varios propósitos. Uno de los principales era integrar una Asociación de mujeres cuyo objetivo era la superación, oral e intelectual. Mi experiencia me decía que podíamos cambiar de hábitos para superarnos”.
Relata que, estando en Ciudad Mendoza por casualidad nos reunimos con un grupo de amigas y condiscípulas, ahí surgió el tema que incluía la formación de la organización. Sara Ronzón, Anita Díaz, Celia Quintero Mármol, Teresa Guevara y Teresa Espíndola se entusiasmaron con mi propuesta y me invitaron a un desayuno que se llevaría a cabo en el comedor de los empleados de la fábrica de Río Blanco.”
“Estaba decidida y me dediqué a buscar a dos personas para que me acompañaran. Encontré a las candidatas ideales, Cecilia Hernández Lara y la Q.F.B. Blanca Iris Holguín Martínez, reconocidas por sus dotes morales y finos modales de urbanidad, además de su carácter accesible. Asistimos al convivio donde nos encontramos con las representantes de la Asociación Nacional de Mesas Redondas Panamericanas y las integrantes de Ciudad Mendoza, a las que planteamos nuestra solicitud, que fue bien acogida”.
Era lo que realmente buscaba debido a que me había documentado y estaba convencida del propósito de dar a conocer entre sus miembros el idioma, la geografía, la historia, el arte, la cultura y las costumbres de las Repúblicas del hemisferio occidental. Con esos conocimientos se llega al entendimiento que invita a la amistad. Nos invadió el entusiasmo y nos dimos a la tarea de reunir como mínimo 25 socias, de recursos económicos a nivel medio, honestas y buenas familias que residieran en la Ciudad.
En un principio el Alcalde se negaba a firmarnos la certificación, pero finalmente accedió. A partir de ese momento nuestras madrinas programaron una serie de visitas para dar a conocer a las nuevas socias. Y se realizaron conferencias modelo como práctica hasta formar el primer comité provisional que debería funcionar un año que serviría de experiencia. Me nombraron directora para después de esa etapa otorgarían la designación oficial.
El 21 de mayo de 1980, en una emotiva ceremonia y contando con la presencia de funcionarias nacionales e internacionales, así como directoras de la zona, se llevó a cabo por vez primera el acto de entrega de la Luz Nueva a cada una de las integrantes. Se dio posesión formal a la Directiva y se entregó el reconocimiento oficial. Con antelación, en junta de trabajo y de conformidad con el reglamento y normas que rigen a las M.R.P. se había electo la mesa directiva.”
Ha pasado el tiempo y el deseo de participar se ha demostrado en los diferentes eventos que programan, siguiendo los ideales de Florence Terry Griswold, principal fundadora de esta institución que se extiende por nuestro continente. Y que acertadamente eligieron la expresión del novelista francés Alexander Dumas (hijo) en su famosa novela de los tres mosqueteros: “Una para todas y todas para una”.