De razones y pasiones
5 minutos de lecturaLas maromas de Morena
para conservar Xalapa
Rafael Pérez Cárdenas
El reconocimiento público de Dorheny García, Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez de que el senador Ricardo Ahued es el único capaz de ganar la elección por Morena en Xalapa habría sido el corolario de un turbulento fin de semana en que sus líderes nacionales y en el estado han intentado llegar a acuerdos antes de perder la capital, el Congreso local y los principales municipios del estado.
Luego de que este lunes las tres legisladoras morenistas y el coordinador parlamentario Juan Javier Gómez Cazarín salieran a presionar a Ahued para que se defina respecto de sus aspiraciones –de haberse tratado efectivamente de una invitación, lo habrían podido hacer en privado, valorando los pros y contras de tal candidatura-, corrieron varias versiones sobre negociaciones que se habrían llevado en la ciudad de México para evitar que la sangre llegue al río de la 4T jarocha.
Primer acto: Los rumorólogos hablan de un cónclave realizado entre viernes y sábado y en el que habrían participado el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado; el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García; la Secretaría de Energía Rocío Nahle; el secretario de Gobierno, Eric Cisneros; el Presidente de la Jucopo del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, además de los presuntos dirigentes estatales Gonzalo Vicencio Flores y Esteban Martínez Zepeta.
Durante la reunión, Mario Delgado –quien habría sido rechazado por el morenismo veracruzano en su aspiración a la presidencia nacional del partido-, puso sobre la mesa el rompecabezas de la elección: el Secretario de Gobierno Eric Cisneros sería diputado local y Presidente de la Jucopo en sustitución de Gómez Cazarín, quien podría ocupar la Segob –en un enroque- o sería incluido en la lista plurinominal de diputados federales. Esto con miras a preparar el proceso de revocación de mandato que se llevará a cabo el próximo año, una vez que se reforme nuevamente la Constitución local.
En esta hipótesis, Rosalinda Galindo sería postulada candidata a diputada federal, mientras que Dorheny García competiría por la diputación local –ambas por Xalapa- y una vez en el Congreso, ocupar la presidencia de la Mesa Directiva. El premio para Ana Miriam Ferráez sería la reelección. Hasta ahí todo iba bien, salvo que el gobernador rechazó el plan para Dorheny e insistió –como lo ha instruido a todos en Veracruz- que ella sea la candidata a presidenta municipal de Xalapa.
Unos y otros quisieron hacer entrar en razón al gobernador. Incluso, reseñan, la propia Rocío Nahle había reprochado la situación política en el estado, la poca aceptación que tiene el gobernador respecto a la del Presidente y que no se podían dar el lujo de perder la capital, triunfo que el gobernador no podría asegurar con una candidata con escasa preparación y muy poco conocimiento. Las encuestas confirman que la única alternativa posible era entonces Ricardo Ahued.
Ante la negativa, el gobernador habría abandonado la reunión –cosa difícil de creer debido a su carácter poco dado a la confrontación, y menos con los cercanos al Presidente-. Sin embargo, los acuerdos habrían seguido adelante y esa fue la razón de la conferencia de prensa ofrecida ayer por la mañana para expresar su apoyo al senador Ahued, lo que realidad fue un acto de disciplina ante la decisión del dirigente nacional de Morena, y de paso, obligarlo a definir su lealtad con el morenismo.
Segundo acto. En un arrebato de nostalgia por los viejos tiempos, militantes y fundadores de Morena en Veracruz enviaron una carta al diario Notiver (¡Pa’trancazo!, nota de la estupenda reportera Noemí Valdez), para pedir al Gobernador que se “defina y actúe como jefe político de su partido”, algo que tanto criticaron en Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes. Ante una dirigencia acéfala, piden a gritos que les tire línea sobre quiénes serán los candidatos.
La ausencia del gobernador ha empoderado al súper delegado Manuel Huerta, al secretario Eric Cisneros y al diputado local Juan Javier Gómez Cazarín quienes buscan impulsar a sus allegados como candidatos. Gonzalo Vicencio Flores y Esteban Martínez Zepeta no son más que figuras decorativas no reconocidas ni por el INE.
Por ello, según la misiva enviada al diario, piden al “Gobernador del Estado, en su calidad también de jefe político del partido más importante, considerar intervenir lo antes posible, llamar al orden, designar a un negociador y sacar al partido del bache en el que ha caído, antes de que sea demasiado tarde”. El proceso interno de Morena amenaza con convertirse en una bacanal.
Tercer acto. Ayer mismo, también circuló la especie de que el madruguete de las diputadas y el coordinador parlamentario tendría otro propósito pactado incluso desde la dirigencia nacional: proponer a Ahued como candidato propietario y a Dorheny García como suplente, para que una vez pasada la elección, don Ricardo vuelva al Senado como el moderno Juanito de Iztapalapa y el capricho del gobernador se convierta en alcaldesa. Sólo que Ahued no es Juanito.
Si bien no habría impedimento legal, -una vez cumplida la paridad de género en las candidaturas, las mujeres sí pueden ser suplentes de hombres- sería el último clavo en el ataúd de Morena, de don Ricardo y de los nóveles cuatro fantásticos.
¿Cómo se llamó la obra? Las maromas de Morena para conservar Xalapa.
Las del estribo…
- Ayer el partido político estatal Todos por Veracruz emitió las convocatorias para la designación de candidatos a los cargos de diputados locales y ediles de los Ayuntamientos. Su presidente Jesús Vázquez aseguró que competirán en todos los municipios porque son el primer partido local –y hasta ahora el único- que ya tiene integradas sus 212 Juntas Municipales. La documentación la recibió el Secretario Ejecutivo del OPLE, Hugo Castro Bernabe.
- Este sábado presentó su registro como aspirante a la Presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) la abogada Gabriela Rodríguez Rodríguez, quien hasta hace unos meses estuvo en la primera línea de atención al Covid-19 como encargada del despacho de la delegación del ISSSTE en el Estado. La ex funcionaria federal no tiene vínculos partidistas y su trabajo en el Instituto fue reconocido por el propio Gobernador del Estado durante las reuniones del Consejo Estatal de Salud.