Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
¿POR QUE HUATUSCO DE CHICUELLAR ¿
Durante el periodo colonial que duró tres siglos de dominación española, se le conocía como San Antonio Guatusco y ahora la identificamos en la geografía nacional como Huatusco de Chicuellar. En el mes de diciembre de 1830 se concedió la categoría de Villa, para que el 21 de junio de 1880 se reconociera como Ciudad. Con la Constitución Política de 1917 desapareció el Cantón que comprendía nuestro municipio y los de Axocuapan, Comapa, Sochiapa, Tenampa, Tlacotepec, Totutla y Zentla.
En esta hermosa tierra que posee el encanto típico de las antiguas ciudades empotradas en los privilegiados parajes de las altas montañas. Nació don Agustín Chicuellar Beristain, no se cuenta con el dato exacto, pero se calcula que entre 1881-82. De raza indígena, desde niño mostró los más nobles sentimientos para la gente, siendo en su mayoría campesinos y peones sin propiedades donde cultivar. Sufrían de carencias, temores e incertidumbre por la tenencia de la tierra que era acaparada por terratenientes de otras nacionalidades.
El sistema feudal predominaba en el País, los hacendados usufrutuaban la riqueza natural que proporciona la agricultura y la ganadería, se enriquecían con la explotación indiscriminada, sometiendo a los nativos para que realizaran los trabajos más rudos, controlándolos con castigos severos, debiendo guardar total obediencia.
Don Juan Díaz de Ceballos que residía en Tehuacán Puebla, propietario de los terrenos del ex Cantón, los ofreció para su venta a los acaudalados que se dedicaban al agio en la zona, y que estaban dispuestos para adquirirlas y posteriormente arrendarlas a los labriegos a buen precio. Enterado don Agustín de lo que implicaba seguir esclavizados para poder subsistir, reunió a los afectados en su mayoría, pequeños y medianos agricultores, a los que, con grandes dificultades los organizó en la “Sociedad Agrícola Huatusqueña” con el principal objetivo de negociar la compra del predio en venta.
El obstáculo lo encontraron cuando advirtieron que los terrenos no estaban deslindados ni los títulos estaban actualizados para realizar el negocio de compra-venta. Por lo tanto, durante diez años la actitud persistente de Chicuellar, venciendo dificultades. Tocando puertas en las instituciones oficiales de la ciudad de México, Tehuacán y Xalapa, con obstinación, logró que la operación se llevara a cabo. 30 sitios de ganado mayor a un costo de veinte mil pesos. Representaban cuatro mil predios que se repartieron entre las familias que carecían de un pedazo de tierra.
El profesor Ismael Sehara Pérez, en su libro, “Breves Apuntes para la Historia de la Ciudad de Huatusco”, refiere que: “No solamente administró el señor Chicuellar con absoluta pureza los terrenos durante los diez años de lucha, sino que, realizado el reparto, se conformó con ser uno de tantos agraciados en él. Siguió viviendo pobre y así murió. Todavía por los años de 1870 a 1872, al caer la tarde lo veían los vecinos atravesar las calles más solitarias, guiando los bueyes que hasta los últimos días lo acompañaron en la labor de la escasa porción de tierra que constituía su patrimonio.”
Se tiene asentado que en 1873 dejó de existir y sus deudos lo sepultaron en el campo santo, ocupando una tumba humilde. Sin embargo, el 16 de septiembre de 1897 sus restos fueron exhumados y depositados en la Rotonda de la “Sociedad de Beneficencia Mutua” del mismo panteón municipal. No sin antes rendirle honores en una ceremonia especial, como agradecimiento a este hombre que había pasado desapercibido en la historia del Estado de Veracruz. Pero el 29 de diciembre de 1921 el Congreso Local, publicó en la Gaceta Oficial que, a partir de esa fecha se denominaría: Huatusco de Chicuellar.