Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
MAESTRO DE LA EDUCACIÓN.
El inventario de Maestras y Maestros que dedicaron su vida al magisterio en el territorio cafetalero, es amplia y fecunda. Surgen los nombres como los rayos del sol para iluminar el universo. Con serenidad y esperanza, permanecen en espera que una pluma piadosa desentierre el recuerdo de los méritos adquiridos en el aula. Con la finalidad de que su obra evolutiva sea reconocida por las generaciones que tuvieron el privilegio de prepararse con esmero, para una vida plena en bien de la sociedad.
Don Ismael Sehara Pérez, fue un hombre que nació el 10 de diciembre de 1857 en la hacienda de Vista Hermosa. Descendiente de españoles, en virtud de que su padre, Vicente Sehara y doña Juana Pérez, llegaron a radicar a esta zona, con la finalidad de dedicarse a la producción cafetalera. Muy pequeño sufrió la muerte de su progenitor, esto no menguó su espíritu inquieto y travieso, por lo que, don Prudencio Solleiro Negrete, hombre de mucho prestigio, puso atención al comportamiento inquieto, distinto a los demás niños, lo adopto con el consentimiento de la familia.
Para iniciar sus estudios, lo enviaron al Puerto de Veracruz a cursar los primeros años de parvulito. Había avanzado notablemente en su instrucción, pero por problemas en su casa, regresó a esta localidad en donde terminó la primaria. Una vez concluido el ciclo escolar, el Maestro Muñoz le preguntó, porque carrera profesional sentía inclinación. A lo que contestó con mucha seguridad: “Señor, por el magisterio, me gusta enseñar a los niños”. Esta respuesta fue determinante para que fuera admitido en los centros educativos de Huatusco, en calidad de meritorio.
A través de un examen de oposición obtuvo el puesto de ayudante, siendo nombrado director posteriormente. Con sus avances en el medio y sus aspiraciones personales, emigró a la Ciudad de México a prestar sus servicios en la Escuela Nacional Número Uno. En el año de 1878, presentó su evaluación recepcional. Frente a un jurado calificador en el salón de sesiones de H. Ayuntamiento, siendo aprobado por unanimidad. Obteniendo con esto el ansiado título de Instrucción Primaria.
Habiendo recibido el documento profesional, analizó las opciones para desempeñar su profesión, escogió la ciudad Xalapa, le informaron que había un profesorado honorable, suficientemente ilustrado, capaz de apreciar los trascendentales resultados de los nuevos métodos. Ahí fundó el Instituto Pestalozzi, centro educativo mixto. La verificación de resultados a fines de 1879, le dieron nombre y prestigio, habiendo recibido la certificación por parte del Visitador de Instrucción Pública del Estado, Manuel E. Rincón.
De acuerdo a sus principios, fue un defensor de la Enseñanza Objetiva que “Se conforma en un orden de acuerdo con la marcha natural de la evolución física y psicológica del hombre. Busca despertar en los niños percepciones claras de las cosas, para lo cual se presentan los objetos o las imágenes. Primero las sustancia, luego los nombres…” siendo el primero en aplicarlo antes que el Estado la declarara Obligatoria. En 1880 regresó a esta Ciudad donde fue nombrado Inspector de las Escuelas Municipales y por órdenes superiores se trasladó a Tlacotepec para organizar la educación en aquel Municipio.
En 1885 recibe el nombramiento de Director de la Escuela Central de Huatusco. En 1887 se hizo cargo de la Dirección de la “Sánchez Oropeza”. Ese mismo año el Gobernador de Tlaxcala lo designó Visitador General en la Entidad, hasta mayo de 1894. Terminó su carrera como Secretario del Ayuntamiento. Murió el 21 de febrero de 1909.