Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
LA COLONIA MANUEL GONZÁLEZ.
Nunca imaginaron los emigrantes italianos que, a los pocos años de haberse instalado en nuestro País, tendría que enfrentar los efectos de la Revolución Mexicana, violenta y dramática. Sus quejas por el saqueo de sus bienes y ofensas a su persona, nunca fueron atendidas por el Gobierno de la República. Esto debido a que se les consideraba como mexicanos que tuvieron la desgracia de sufrir las mismas consecuencias de todos. Por lo tanto, no había lugar para la reclamación entre Italia y México.
Después de la muerte de José Anghebén de 47 años de edad, casado, dejando en la orfandad a la viuda y sus dos hijos. Se envió una carta dirigida al Señor Cónsul de Italia, con el siguiente contenido: “Muy distinguido señor. Los suscritos, Santiago Tres, Amado Tres y José Vincentín, ante usted, muy respetuosamente comparecemos y exponemos que, habiendo sido asesinado en forma cruel y alevosa, nuestro primo señor José Angheben y estando nosotros mismos amenazados de muerte, suplicamos a usted se sirva ayudarnos solicitando de las autoridades mexicanas las garantías a que tenemos derecho.
Sabemos que nuestras vidas están en peligro, debido a que al ocurrir al jefe del sector en demanda del castigo de los culpables del crimen y de garantías para nuestras personas, estas nos fueron negadas, contestándonos que: “como nosotros matábamos a los agraristas, no debíamos de asustarnos, pues estos (los agraristas) tendrían que acabar con nosotros y con el capital”,
En vista de los hechos que nos permitimos exponerle, no dudamos se servirá impartirnos su valiosa ayuda solicitando de las autoridades correspondientes la protección a que tenemos derecho, a fin de poder dedicarnos a nuestros trabajos, pues nos veríamos obligados a abandonar todo al estar nuestras propiedades y vidas a merced de criminales que viven al acecho de sus perversos fines.
Nosotros hace más o menos catorce años llegamos a esta zona, procedentes de la Colonia Manuel González, a base de sacrificios hemos logrado reunir un pequeño patrimonio que nos permite vivir modestamente, pero con el fin de evitar conflictos y dificultades de los que somos enemigos absolutamente, abandonaríamos nuestro patrimonio, siempre que nos dieran en otra parte un modo de poder vivir.
Por estos rumbos el ser hombre de trabajo y de recursos es suficiente para ser blanco de los criminales. Podemos además probar que nuestra actuación ha sido siempre legal, y hemos vivido apartados siempre de los asuntos políticos debido a que nuestras ocupaciones y nuestro carácter de extranjeros nos lo impiden absolutamente. Septiembre 16 de 1936. Santiago Tres, Avenida 2 Número 7, Córdoba Ver.
De esta historia han pasado ochenta y cuatro años, la deseada paz y tranquilidad regresó después de haber ocasionado la pérdida de vidas y quebranto financiero a muchas familias emigradas que, tuvieron que dar dinero, alimento y mercancía a quienes las exigían por encontrarse en condiciones desfavorables. Por lo que el Ministro de la Gran Bretaña, opinó que: “Han sido víctimas de la depredación efectuadas por bandas armadas que merodean por la región, no obstante, la protección uno de sus habitantes, el señor Florindo Demeneghi fue bárbaramente golpeado”. (documentos sueltos)