Desde Huatusco
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ROBERTO GARCÍA JUSTO.
EL HUATUSCO DE 1845.
En esta ocasión tenemos reservado el contenido de un valioso libro, con el fin de dar a conocer el punto de vista de este autor checoslovaco que recorrió muchos lugares de esta región, haciéndose acompañar de un mozo mexicano, transportándose en caballos enfrentando el riesgo que representaba los caminos de terracería. En donde estuvo en peligro de rodar por las barrancas abruptas. Carl Bartholomaeus Heller, a sus 22 años de edad, relata, los pormenores de lo que observó en aquella época de los habitantes de esta zona.
“Deben atravesarse catorce valles y otras tantas montañas desde El Mirador hasta Huatusco. El primer punto interesante es una barranquita, por la que corre una hermosa agua de montaña. Como hay dos puentecillos que la atraviesan, ha recibido el nombre de Dos Puentes. El cambio en la vegetación se hace evidente sobre todo por los liquidámbares, oxiacantos y orquídeas. Pastos verdes, semejantes a los prados europeos, se extienden entre las partes boscosas, hasta que se alcanza la última cima.
Desde ahí puede verse el pueblecito de Huatusco, encantadoramente colocado en el valle. Lo rodean maravillosas montañas y en el fondo se yergue el gigantesco Pico de Orizaba, el conjunto forma un panorama encantador. Huatusco está a una altura de cuatro mil pies aproximadamente, tiene dos iglesias y cinco mil habitantes. De ellos los de mejor posición se dedican al comercio y los más pobres al cultivo del maíz y del tabaco.
El número de las casas de cal y canto no es escaso, pero en cambio el de las tiendas es tan grande en relación con el tamaño de la ciudad, no se entiende cómo puede subsistir una junto con otra. Recientemente es también la sede de un subprefecto, lo que le da una importancia mayor. En esta excursión, destinada más a un reconocimiento de los alrededores que a fines científicos, me llamaron la atención en especial tres cerros de estrictas formas geométricas.
Se asemejan a pirámides truncas y sus cuatro lados se encuentran tan bien delimitados que no puede rechazarse la idea de la gente de que se trata de tumbas de grandes caciques. Sin embargo, posteriores investigaciones me mostraron que son volcanes extinguidos, cuyos cráteres pueden reconocerse aun claramente. Este paraje me gustó de tal manera que determiné cambiar mi vivienda para allá en unos cuantos meses más. Por ello detallaré el lugar más adelante.”
172 páginas contienen esta valiosa pieza que nos ilumina en lo que corresponde al punto de vista de un extranjero que tenía poco tiempo de haber llegado a nuestro país, sin embargo, su análisis es congruente con lo que deseamos saber, ya que dice que: “México, cuya historia desde la guerra de Independencia hasta el día de hoy, puede considerarse muy triste. Estaba ya a mi llegada en una situación preñada de males
Dado que, desde 1824 cuando quedó plenamente independiente, no hubo gobierno que pudiera mantenerse en pie, ya que, al terminarse el dominio español, lo único que le quedó al pueblo fueron los vicios de sus antepasados, porque lo bueno había desaparecido, se dio, en general, egoísmo en lugar de patriotismo y engaño y robo en vez de justicia y gobierno honrado.
A resultas de ello se nombró un presidente que fue destituido por la intriga, llevado en triunfo y posteriormente desterrado del País, de tal modo que solo gente salida de la escoria puede mantenerse por algún tiempo en la silla presidencial.” Con mucho gusto seguiremos exponiendo lo que encontramos de interesante en este volumen que nos deja una buena experiencia y al descubierto muchas verdades.