De razones y pasiones
5 minutos de lecturaTSJE: Los tormentos de Sofía
Rafael Pérez Cárdenas
El activismo jurídico y mediático de las magistradas Concepción Flores Saviaga y Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros no es algo que le quite el sueño a la magistrada Presidente del TSJE, Sofía Martínez Huerta… hasta ahora. Lo que realmente ha vuelto a poner su cabeza en el cadalso es la serie de irregularidades administrativas documentadas por integrantes del Consejo de la Judicatura.
Aprovechando la inactividad a causa de la pandemia, la novel Presidenta se dio a la tarea de pasar por alto al Consejo –órgano encargado de autorizar buena parte del ejercicio del gasto del Poder Judicial- para asignar contratos, realizar pagos de servicios y transferencias por más de 500 millones de pesos, a empresas y amigos vinculados con sus hijos y sus allegados. Incluso se habrían comprometido recursos federales destinados al nuevo sistema de justicia penal.
Según el propio Consejo, esta sería la razón principal de la resistencia de la Presidenta a realizar cambios en áreas estratégicas como administración y contraloría, donde incluso se ha negado a firmar los nombramientos del nuevo personal. Documentadas estas irregularidades millonarias, en los próximos días estarían por salir subdirectores y jefes de departamento quienes habrían actuado en complicidad con el anterior director de administración.
De hecho, el expediente se sigue integrando, pero un informe preliminar ya descansa en el escritorio principal de Palacio de Gobierno. El Consejo de la Judicatura está a la espera de la decisión para proceder y remover a Martínez Huerta del cargo.
Por ello, los tormentos de doña Sofía no pasan por la exigencia de las magistradas para presentar la controversia constitucional en contra del retiro forzoso de magistrados aplicado por el Congreso del Estado y cuyo plazo venció el viernes pasado sin que se hubiera interpuesto por parte de la Presidenta. De hecho, las dos magistradas fracasaron en su intento de presentar la controversia por cuenta propia al no contar con las firmas necesarias de los integrantes del Pleno.
Este viernes Concepción Flores Saviaga y Yolanda Cecilia Castañeda –acompañadas del abogado Danilo Alvízar, enlace con el GPPAN- aseguraron a los medios de comunicación “el que puede lo más, puede lo menos”, de ahí que no aceptarían que por la negativa de Martínez Huerta no se proceda ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) contra una determinación de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) que resolvió la vacancia de 6 magistraturas. Sin embargo, el plazo ya se les venció.
Y no es que las magistradas quieran expresar su férrea solidaridad a Marco Antonio Lezama Moo y Roberto Dorantes Romero –quienes serían los afectados por la resolución del retiro forzoso por la edad- sino que están tratando de evitar que ellas corran la misma suerte una vez que cumplan el límite de edad y el Congreso pueda removerlas de la misma forma que lo ha hecho con los otros magistrados.
En su alegato, las magistradas aluden al acuerdo tomado por el Pleno del Tribunal en el que se instruía a la magistrada Presidenta a presentar la Controversia Constitucional en contra del acuerdo aprobado por el Congreso. No obstante, a pesar de que ese día en efecto se reunieron los integrantes del Pleno –reunión a la que ninguna de ellas asistió- no hay constancia de que se haya dado formalidad de sesión o de reunión de trabajo, por lo que el acuerdo de carácter verbal no tendría efecto jurídico.
De hecho, los nuevos magistrados que se han integrado al Poder Judicial y que forman parte del Pleno, aseguran que no hubo tal sesión de pleno y que sólo se trató de una reunión de trabajo. Acaso con ambas magistradas sólo se han sumado Vicente Morales, Alejandro Hernández Viveros y Raúl Pimentel, además por supuesto de Lezama Moo y Roberto Dorantes.
El acta que han hecho circular las magistradas a medios de comunicación es en realidad el borrador de lo que se pretendía presentarse pero que finalmente no fue firmado por ninguno de los magistrados asistentes. Entonces, el debate jurídico se ha centrado en que si la sesión del Pleno se realizó o no, y en este sentido, si la Presidenta estaba obligada a presentar la controversia.
Por ello, en su desesperación, las dos magistradas intentaron presentar por cuenta propia su propia controversia; sin embargo, luego de la sesión del pleno del 5 de agosto en el que se hicieron las asignaciones de los nuevos magistrados, muchos de ellos pasaron a ocupar presidencias de sala y la integración del Pleno cambió radicalmente.
La solución que intentaron encontrar fue realizar su propia controversia, con una fecha anterior al 20 de julio para que incluso pudieran firmar los magistrados que hoy ya ni siquiera forman parte del Poder Judicial. Por ello, a ellas mismas podrían haberles fincado responsabilidad por falsificación de documentos.
En realidad, los magistrados están pagando con sangre y despidos la permisividad de imponer a la magistrada presidenta cuando el pleno era completamente exento de morenismo. Incluso, fue el propio Lezama Moo quien propuso a Martínez Huerta como Presidenta, algo de lo que se arrepintió públicamente cuando fue expulsado de la última sesión del Pleno.
Desvíos, irregularidades administrativas, sesiones fantasmas del Pleno, actas apócrifas y controversias constitucionales frustradas son parte de los tormentos de Sofía.
Las del estribo…
- En efecto, la confianza del gobernador Cuitláhuac García en el coordinador de la Jucopo en el Congreso, Juan Javier Gómez Cazarín, es absoluta. Si la decisión de elegir a su sucesor estuviera en manos del mandatario –aun en el supuesto de un gobierno interino- sin duda sería a favor del coordinador de Morena. Esa es una de las razones del desenfrenado activismo del Secretario de Gobierno, quien avanza en los medios y se rezaga en los afectos.
- En efecto, el dinero entregado a panistas sería resultado de moches y extorsiones a cambio de votos legislativos. Sin embargo, al legalizar la entrega de “aportaciones” a su hermano, el Presidente está indultando a Odebrecht, Monex y otras tantas que también hicieron “aportaciones” al proyecto peñista. En ambos casos, el agradecimiento a estas aportaciones es evidente.