Desde Huatusco
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
DIA DE PLAZA.
Desde la época precolombina, Huatusco siempre ha sido el centro donde se concentra el comercio. Era común que los habitantes de la región se dedicaran a cultivar en los campos distintas semillas, frutas y verduras que cargando a sus espaldas o en bestias la traían para venderla o cambiarlas por otras que eran necesarias para el hogar. Además de estos artículos, se podía encontrar, ocote, cal en tamales, aperos para los animales e instrumentos para trabajar la tierra.
De las partes bajas de la zona o sea de la llamada parte caliente se surtía de anonas, mangos, plátanos, naranjas, papayas, chirimoyas, granaditas, piñas, timbiriches, piñones, pitayas, coyoles, aguacates, cacahuate y hasta peras y manzanas, y los que se usan para los guisos como la mafafa, la yuca, la maranta, el camote, la jícama, el chayote, los frijoles y el ñame. La gente vendía sal, maíz, arroz, pimienta española fresca y seca, picante, tasajo, gallinas, huevos y manteca entre otras cosas que extendían sobre el piso.
Después del mediodía, el mercado comenzaba a desocuparse, muchos se regresaban a sus lugares de origen, el resto, en su mayoría indígenas, se reunía en grupos identificados con su comunidad para aprovechar la ocasión y poder deleitarse con un buen trago de aguardiente. Con mucha ceremonia se pasan el recipiente para darle unos sorbos, que al poco rato los obligaba a quedarse en el suelo tirados por el impacto de la fuerte bebida.
En aquella época era característico que se hablara la lengua nahua, por ser predominante la población autóctona, mismos que vestían un pantalón de algodón blanco, ceñido a la cintura. Su camisa corta que le daba casi en el ombligo, encima un gabán de bonitos colores a la que llamaban sarape. Se confeccionaban en el País, por lo que variaban los precios según su finura. Los sombreros de palma se tejían en las poblaciones cercanas o se transportaban de otros centros dedicados a esta artesanía.
De manera tradicional las mujeres vestían falda blanca o de distintos colores, amplia y una blusa curiosamente bordada, apenas le cubría el busto. Se tapaban la cabeza con un lienzo llamado rebozo y que era originario de esta nación. Era de llamar la atención por la forma tan especial como se la terciaban sobre los hombros. Hay que destacar que no todos vestían igual, porque la gente pobre apenas si alcanzaba a obtener una pieza para tapar su desnudez.
El mercado de Huatusco siempre ha sido el más importante por su ubicación estratégica entre las localidades de sus alrededores. Además, las personas que llegan son de distintos centros agrícolas, lo que le da mucha fama por tener que encontrarse con comerciantes que vienen de lejanas tierras. Por esa razón visitar estos espacios públicos, es entrar en contacto con la naturaleza que contiene cada uno de los ricos productos que se ponen al alcance de los que no tienen posibilidad de visitar o conocer el sitio donde se siembra.