Desde Huatusco
2 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
GUILLERMO LANDA: VIVE.
Escondido tu vives, perpetuamente inescrutable,
algunas veces como persona, pero a veces como un lugar,
a nadie muestras este suntuoso espectáculo
Tú, la sola audiencia, tú, el único actor.
Anotemos en nuestra agenda cultual que el día 31 de julio de 2020, falleció el escritor, poeta bilingüe, jubilado del servicio diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fungiendo como encargado de los servicios cultuales de las Embajadas de México en Francia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Panamá, Nicaragua y Paraguay. Dando cabal cumplimiento a los programas de intercambio cultural, educativo y de la cooperación científica y técnica a que se comprometieron los respectivos gobiernos de los países relacionados.
Poseedor de un estilo propio se empeñó en plasmar sus más íntimos sentimientos en una serie de poemarios que le valió ser traducidos al idioma inglés, polaco y Servio. Sus obras como: “Osario del Amor no Cumplido”, “Alción Muerto”, Cahier d” Amour”, “Rabo de Mestiza”, “Treintañal” entre otras, publicadas por Conaculta, Gobierno del Estado de Veracruz, Universidad Veracruzana, Saint-Germain-Des-Pres y Colihue-Mimbipá, Py.
Además, colaboró con mucha frecuencia en La Jornada Semanal, La Nación, La Prensa Literaria y las revistas Casa del Tiempo, La palabra y El Hombre, Plural, El Pez y la Serpiente, Oko Lice, Anuario de Literatura Servia, dejando un caudal de escritos inéditos. Fue homenajeado por Conaculta en virtud de haberle reconocido sus aportaciones literarias, De nuevo el Mar, Ordenación de las Anclas, Regocijo del Mirar, aunada a una decena más, del año 1964 a 1994.
Podemos decir que sus gustos refinados los adquirió en su larga trayectoria en el servicio diplomático. Era un personaje que dominó el sentido estricto de la historia y la literatura tanto de naciones extranjeras como la nuestra, por esa razón dictaba con elocuencia y elegancia sus charlas en donde se le invitara. Era implacable en sus juicios sobre temas en los que él ejercía completo dominio, como gran conocedor de los clásicos en obras escritas en español, francés o inglés.
Guardó amplia compostura al evocar a las musas a las que consintió como verdaderas damas de la filosofía, siendo un notable versificador que se resistió a las tentaciones de las adversidades. Con el Licenciado Guillermo Landa se va un girón de la vida y el alma huatusqueña, que simboliza una etapa épica de la poesía que engendró una especial forma de ampliar las cosas y, cuando no era así, las partía en dos, que es una de las tantas maneras de discernir del auténtico poeta.
Porque no fue tu muerte
un simple trance biológico
ni el testamentario adiós a la vida
sino el comienzo de tu perennidad
que propicia nuestra gratitud
y la perpetuidad de tu obra.