El mal no prevalecerá: Papa León XIV

El papa León XIV ofreció sus primeras palabras como nuevo líder de la Iglesia Católica desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, tras ser presentado ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, quienes minutos antes celebraron la tradicional fumata blanca que marcó el inicio de un nuevo pontificado.

El recién elegido pontífice, de nombre civil Robert Francis Prevost, comenzó su alocución con un claro mensaje de esperanza, unidad y paz. “El mal no prevalecerá”, afirmó con voz firme, al tiempo que invitó a todos los fieles a ser verdaderos seguidores de Cristo.

En su primer discurso, el nuevo Papa lanzó un llamado a todos los pueblos del mundo a construir puentes de reconciliación: “Pidamos a Dios la gracia de ser artesanos de la paz y buscadores de la justicia, sin miedo”.

León XIV también expresó su gratitud a su predecesor con un emotivo “¡Gracias al papa Francisco!”, reconociendo así la labor del pontífice saliente. Con gestos que evidenciaban humildad y calidez, el nuevo Papa recordó su vínculo con América Latina al dedicar un saludo especial en español:

“Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”, dijo con emoción.

El gesto fue bien recibido, especialmente entre los fieles de la región andina, donde pasó buena parte de su vida sacerdotal y cuya ciudadanía obtuvo en 2015.

Antes de aparecer en el balcón, León XIV cumplió con el tradicional protocolo dentro del Vaticano: tras aceptar formalmente su elección como obispo de Roma, fue conducido a la Sala de las Lágrimas, donde vistió por primera vez la sotana blanca del sucesor de Pedro.

Solo entonces, y tras rendir homenaje al rito del “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam”, salió ante el mundo para pronunciar la bendición Urbi et Orbi, marcando oficialmente el comienzo de su pontificado.

¿QUIÉN ES EL NUEVO PAPA?

Robert Prevost (Chicago, 1955) cardenal estadunidense, es el nuevo Papa. Será León XIV.

El Cardenal Robert Francis Prevost, O.S.A., es una figura destacada en la Iglesia Católica contemporánea, reconocido por su compromiso pastoral y su cercanía con las comunidades que ha servido.

Formación y vocación religiosa

Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, de madre española y padre francés, Prevost ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en 1977. Emitió sus votos solemnes en 1981 y fue ordenado sacerdote en Roma el 19 de junio de 1982. Obtuvo una licenciatura en Teología en la Catholic Theological Union de Chicago y se doctoró en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma en 1987 .  

Misión en Perú

Su compromiso misionero lo llevó a Perú en 1985, donde sirvió en la diócesis de Chulucanas y posteriormente en Trujillo, dirigiendo el seminario agustino y enseñando Derecho Canónico. En 2014, el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, y en 2015 fue designado obispo de la misma. Durante su episcopado, trabajó en la promoción de la devoción al “Divino Niño del Milagro” y en la construcción del primer Santuario Eucarístico del Perú y América en honor a esta advocación .   

Servicio en la Curia Romana

El 30 de enero de 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, sucediendo al cardenal Marc Ouellet . En este rol, Prevost ha enfatizado la importancia de que los obispos sean pastores cercanos al pueblo, más que administradores, y ha abogado por una Iglesia que escuche y dialogue, especialmente en contextos de polarización .  

Reconocimientos

En marzo de 2023, la Conferencia Episcopal Peruana le otorgó la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo, la más alta distinción eclesial en el país, en reconocimiento a su servicio a la Iglesia peruana . Además, en febrero de 2025, fue admitido en la Soberana y Militar Orden de Malta con la dignidad de Balío Gran Cruz de Honor y Devoción .  

El Cardenal Prevost es reconocido por su humildad, espíritu misionero y compromiso con una Iglesia sinodal y cercana a los más necesitados.